Casi un siglo después del surgimiento del Art Deco, parece que este icónico estilo de principios del siglo XX está regresando. Como podemos ver en muchos de los nuevos proyectos de interiorismo y mobiliario que aparecen en las páginas de las principales revistas de arquitectura del mundo, es imposible no asociar el glamour, la brillantez y la elegancia de los años 20 con este renacimiento tardío del Art Deco a mediados del siglo XXI. Con eso en mente, sería importante reflexionar sobre la influencia de la estética Art Deco en la arquitectura contemporánea y cómo este renacimiento podría transformar la forma en que nos relacionamos con un estilo que parecía olvidado en el pasado.
Art Deco, la forma abreviada de Arts Décorativs, fue un movimiento muy completo en la historia del arte, quizás más fuertemente identificado con las formas geométricas y atrevidas, con la elegancia de los espacios interiores y los materiales utilizados, además de la combinación de lo histórico y tradicional con lo moderno y futurista en la arquitectura de principios del siglo XX.
La estética fue producto de la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas celebrada en París, pero su impacto se extendió rápidamente hacia el oeste, ayudando a formar algunos de los edificios más emblemáticos del mundo, como el Empire State Building en la ciudad de Nueva York, protegido por la UNESCO, el Marine Drive en Mumbai o incluso el colorido barrio de Miami que lleva su nombre en honor a sus fascinantes obras de arquitectura.
Si bien el contexto socioeconómico de principios del siglo pasado puede parecer muy diferente al momento actual que vivimos, existen una serie de similitudes que llevan consigo un hilo de esperanza. El inicio de la década de 1920 marca un momento de recuperación tras el paso de la devastadora gripe española, una época en la que el mundo fue testigo de intensos procesos migratorios, además de la aparición de nuevas tecnologías y avances significativos de la ciencia. En este contexto, la estética Art Deco llevó consigo la promesa de progreso y un futuro mejor. Hasta entonces, el diseño se veía como un lujo y accesible solo para una pequeña parte de la población.
La crisis económica de 1929, sin embargo, obligó a la industria a incorporar nuevos procesos y materiales, simplificando formas y creando productos más baratos y accesibles. En este sentido, las similitudes que unen estos dos períodos diferentes son evidentes y quizás lo que estamos viviendo hoy sea este mismo anhelo de sencillez y eficiencia, y como toda tendencia es cíclica, puede que no sea absurdo pensar que este movimiento pueda ser tendencia nuevamente.
Uno de los edificios más notables que surgieron de la era Art Deco original es el edificio Chrysler. Actualmente este icónico rascacielos se encuentra actualmente en un extenso proceso de renovación que no solo tiene como objetivo restaurarlo a su antigua gloria, sino también prepararlo para los desafíos del futuro. En París -el lugar de nacimiento del Art Deco- BIG completó recientemente una renovación de las icónicas Galeries Lafayette, dando nueva vida al banco construido en 1932 y transformándolo en un moderno laboratorio de ventas dedicado a la principales marcas del mundo de la moda. Incluso muchas de las principales cadenas hoteleras, que alguna vez tuvieron éxito en el diseño de acabados y muebles modernistas, buscan las influencias del Art Deco cuando seleccionan una estética lujosa.
Art Deco tiene que ver con la esperanza y la emoción. A medida que miramos hacia el 2022 y especulamos sobre las tendencias de diseño futuras, tal vez ya no estemos cautivados por la discusión constante sobre si estamos viviendo en una era modernista o posmodernista, sino en una Art Deco. Nuestra comprensión del pasado nos está dando una nueva oportunidad para comprender y apreciar las influencias y la inmensa belleza de este importante movimiento en la historia del arte, el diseño y la arquitectura.
